Justamente ese gallo cantó
Después de que Pedro hubiera negado
A ti, haberte conocido o hablado
Por lo que bastante se arrepintió
Amargamente San Pedro lloró
Porque, Jesús, te había traicionado
Y tú antes se lo habías avisado
Pero el pobre mucho se lamentó
Tú, Nuestro Padre Jesús de la Paz
Con tu madre del Carmen Doloroso
Brilla el rostro cuál estrella fugaz
El costalero se pone en reposo
Cuando suena la voz del capataz
Del Miércoles Santo lo más hermoso.
Pablo Pérez de León.
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